El juez Moro de Brasil, un país latinoamericano con un sistema político tradicionalmente corrupto, ha incursionó, con éxito, en la maraña de relaciones de convivencia entre empresarios y políticos. Ha logrado meter entre rejas a connotadas figuras públicas, especialmente del Partido de los Trabajadores en desventaja numérica legislativa, e incluso a grandes empresarios como Odebrecht
La crucifixion de Lula
